En el mientras tanto, me lleno de gozo mientras contemplo su ser.
Sus curvas de mujer que plenamente ha llegado a sus veintiséis años, su olor perfumado y constante que la hacen apetitosa y gloriosa, sus ojos brillantes y cautivantes y ese aliento que me hace sentir que ella existe, que ella es real.
No puedo nada más que regocijarme en la calidez de su seno, en el mientras tanto, consumo su sexo y su piel.