Por alguna extraña razón, me encuentro en frente de ustedes, expresando un discurso del corazón, de nuevo. Uno le va cogiendo cariño a la vuelta y ya no son necesarios tantos tragos de whisky, ni la voz se siente quebrantada y el frío que lo recorría en el pasado es un cálido acompañante hoy en día.
Hoy frente a ustedes, hablo en nombre de los que no están presentes. Hablo en nombre del Medio Oeste americano y de un biólogo que se ausenta por estar estudiando su longeva maestría. Hablo en nombre de Canadá, donde hay un arquitecto madurando su ser, adentrándose en teoría y, quién sabe, incluso buscando compañía. Hablo en nombre de los Países Bajos y un polítologo estudiando sobre Pobreza en el primer mundo. Hablo incluso de Francia y su canonizado ingeniero de sistemas que si lo logró, y a pesar de la lejanía, se tomó sus vacaciones y hoy nos brinda compañía.
Todos ellos hubieran estado gustosos de compartir con la jefa de las peluqueras este momento tan especial. Pero hablo sobretodo de ese politólogo que sin tener vacaciones, sin tener un peso, casi se devuelve de donde estaba, para atravesar un océano tres capitales del mundo, tres aeropuertos, la Calle 80 y este recinto para poder saludar, abrazar, besar a su amigo del alma y así mismo devolverse por donde vino y seguir estudiando.
Tal vez él no esté aquí. Tal vez él no haya sido testigo y firmado consentimiento de esta unión, pero nosotros sí y damos fé, tanto a ustedes como a él, que este acto firmado con amor tiene un padrino más. Todos nosotros se los recordaremos.
Un abrazo Yon Maicol, un beso Diana. Qué sean muy felices. Qué les dure mucho tiempo. Y que donde sea que se encuentren recuerden estos rostros, estas voces de aliento para superar cualquier adversidad.
Hoy uno más del colegio se aparta. Hoy una nueva integrante se une a la familia. El rey ha muerto larga vida a las dos reinas.
Monday, November 16, 2009
Wednesday, October 28, 2009
Aristocrático Matrimonio
Fui invitado al aristocrático matrimonio de la prima de mi chica - la cual era la novia, y ahora esposa, de uno de los paisas más millionarios de la ciudad, también fue un buen momento para conocer, por primera vez, a la familia de ella la cual estaba esperando curiosamente conocerme. Familia de médicos, por supuesto, muy tradicional y educada.
La escena era cien invitados, entre paisas, caleños y un bogotano.
El viernes, después de haber olvidado los zapatos para el matrimonio en casa y haber pagado treinta venenosas lucas en un taxi al aeropuerto porque no iba a alcanzar el último vuelo a Rionegro, logré el primer encuentro. Estuvo muy normal, la bienvenida fue muy cordial y amable. Conocí a los padres, los hermanos y a la abuela de mi chica. Todo iba perfectamente como se había planeado. La familia estaba alojada en un hotel cerca en una de las fincas más grandes de Llanogrande, en las afueras de Medellín del cual era dueño Jóse Alejandro (con acento en la "o" pa' que se sienta más cachetoso) el prometido de Cata, la prima de mi chica. Sin embargo, la casona estaba llena, y Don Hernán (padre de mi chica) muy gentilemente nos alojó en un hotel cerca.
Después de haber roto el hielo nos dirigimos cada uno a las habitaciones a prepararnos para la boda. La ceremonia comenzaba a las dos de la tarde. Don Hernán nos llevó a nuestro hotel muy amablemente y se disculpó por no habernos podido conseguir habitaciones en la casona en la que estaban ubicados todos.
Luego de que él se fue, ella y yo nos dispusimos a tener sexo como usualmente lo hacemos. Teniamos suficiente tiempo y teníamos muchas ganas porque durante la semana no lo habíamos podido elaborar. En mitad de nuestro acto yo comencé a notar algo extremadamente mojado en mi trola. Paré sorpresivamente para revisar y al sacarlo rápidamente un chorro de sangre comenzó a emananar de este. Al principio pensé que era el periodo de ella pero me confirmó que no era la fecha aún. Al ver el chorro de sangre ella gritó del pánico tan hijo de puta. Yo intentaba controlar la sangre que salía imparable de mi pene manchando todo a mi alrededor como si estuviera asesinando a alguien, como una película de gore barato, muy barato. Desesperadamente, fui al baño y me lavé la verga para ver que había pasado. Sin embargo era tal la cantidad que no podía ver nada. De un momento a otro, le dije: Pucha! Me marié. Y como si mi vista fuera la pantalla de un televisor la imagen se me fue inmediatamente, se fue la luz y no recuerdo nada.
A los pocos segundos sentí un fuerte golpe en mi cabeza, había caído completamente inconsciente y temblando. El golpe me hizo despertar y recuperarme lentamente para ver la angustiosa cara de ella, llorando y desnuda sin saber que hacer, pura escena grotesca de los Farelli.
Yo trataba de recuperarme pero seguía desorientado. Al instante y sin saber porqué, el hermano de ella tocó la puerta. Desesperada, ella le abrió y le explicó lo que había ocurrido al anonadado espectador. Tendido en el piso, lleno de sangre y tratando de calmarme le dije a ella que todo estaba bien. No quería que el hermano y la esposa me vieran en el estado más deprimente de mi vida el primer día de habernos conocido y menos sabiendo los pormenores del accidente.
Al final me terminaron viendo todo un espectáculo digno de Las Vegas que ante sus ojos se vislumbraba. Sin embargo mi dignidad me permitió tapar mi sangrienta pobreza y la embarazosa situación me obligó a coger alientos y volver a tres de mis cinco sentidos. No quería que nadie más se enterara porque el hermano sugiriá llamar a Don Hernán. El sólo hecho de pensar que el papá de ella, mi suegro, quien había pagado hoteles, comida e invitaciones iba a saber que jamándome a su hija me había ocurrido un accidente y que me iba a cagar el hijo de puta matrimonio me hizo sacar fuerzas de no se donde y calme a todo el mundo, aún empelota, aún sanguinoliente, aún mariado.
Al final llamamos a un servicio médico que nos asistió por teléfono, les explicamos que había pasado y todo fue solucionado. No pude tener sexo en una semama.
La escena era cien invitados, entre paisas, caleños y un bogotano.
El viernes, después de haber olvidado los zapatos para el matrimonio en casa y haber pagado treinta venenosas lucas en un taxi al aeropuerto porque no iba a alcanzar el último vuelo a Rionegro, logré el primer encuentro. Estuvo muy normal, la bienvenida fue muy cordial y amable. Conocí a los padres, los hermanos y a la abuela de mi chica. Todo iba perfectamente como se había planeado. La familia estaba alojada en un hotel cerca en una de las fincas más grandes de Llanogrande, en las afueras de Medellín del cual era dueño Jóse Alejandro (con acento en la "o" pa' que se sienta más cachetoso) el prometido de Cata, la prima de mi chica. Sin embargo, la casona estaba llena, y Don Hernán (padre de mi chica) muy gentilemente nos alojó en un hotel cerca.
Después de haber roto el hielo nos dirigimos cada uno a las habitaciones a prepararnos para la boda. La ceremonia comenzaba a las dos de la tarde. Don Hernán nos llevó a nuestro hotel muy amablemente y se disculpó por no habernos podido conseguir habitaciones en la casona en la que estaban ubicados todos.
Luego de que él se fue, ella y yo nos dispusimos a tener sexo como usualmente lo hacemos. Teniamos suficiente tiempo y teníamos muchas ganas porque durante la semana no lo habíamos podido elaborar. En mitad de nuestro acto yo comencé a notar algo extremadamente mojado en mi trola. Paré sorpresivamente para revisar y al sacarlo rápidamente un chorro de sangre comenzó a emananar de este. Al principio pensé que era el periodo de ella pero me confirmó que no era la fecha aún. Al ver el chorro de sangre ella gritó del pánico tan hijo de puta. Yo intentaba controlar la sangre que salía imparable de mi pene manchando todo a mi alrededor como si estuviera asesinando a alguien, como una película de gore barato, muy barato. Desesperadamente, fui al baño y me lavé la verga para ver que había pasado. Sin embargo era tal la cantidad que no podía ver nada. De un momento a otro, le dije: Pucha! Me marié. Y como si mi vista fuera la pantalla de un televisor la imagen se me fue inmediatamente, se fue la luz y no recuerdo nada.
A los pocos segundos sentí un fuerte golpe en mi cabeza, había caído completamente inconsciente y temblando. El golpe me hizo despertar y recuperarme lentamente para ver la angustiosa cara de ella, llorando y desnuda sin saber que hacer, pura escena grotesca de los Farelli.
Yo trataba de recuperarme pero seguía desorientado. Al instante y sin saber porqué, el hermano de ella tocó la puerta. Desesperada, ella le abrió y le explicó lo que había ocurrido al anonadado espectador. Tendido en el piso, lleno de sangre y tratando de calmarme le dije a ella que todo estaba bien. No quería que el hermano y la esposa me vieran en el estado más deprimente de mi vida el primer día de habernos conocido y menos sabiendo los pormenores del accidente.
Al final me terminaron viendo todo un espectáculo digno de Las Vegas que ante sus ojos se vislumbraba. Sin embargo mi dignidad me permitió tapar mi sangrienta pobreza y la embarazosa situación me obligó a coger alientos y volver a tres de mis cinco sentidos. No quería que nadie más se enterara porque el hermano sugiriá llamar a Don Hernán. El sólo hecho de pensar que el papá de ella, mi suegro, quien había pagado hoteles, comida e invitaciones iba a saber que jamándome a su hija me había ocurrido un accidente y que me iba a cagar el hijo de puta matrimonio me hizo sacar fuerzas de no se donde y calme a todo el mundo, aún empelota, aún sanguinoliente, aún mariado.
Al final llamamos a un servicio médico que nos asistió por teléfono, les explicamos que había pasado y todo fue solucionado. No pude tener sexo en una semama.
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Monday, October 19, 2009
Siempre fui un caballero
Siempre fui un caballero pero también siempre fui un arrecho. Tuve una noviecita, cuando aún tenía yo dieciséis años que era súper bonita, morenita, chiquita, con sus carnes ajustadas recordándome porque siempre los jóvenes son más deliciosos que nosotros los más maduros. Anduvimos nuestro buen tiempo pero nunca estuvimos juntos, nunca el sexo compartimos.
Fuimos novios de chiquitos y de grandes el destino nos fue alejando. Pero el destino es un maldito canalla y nos volvió a juntar. Creo que fue en una reunión de mis amigos del colegio, creo que fue de mis amigos de barriada, creo que fue un círculo perdido en el tiempo donde ella y yo eramos noviecitos.
Su mirada no había cambiado, su piel seguía siendo morena y erizaba mi piel de sólo recorrerla con mi mente, sus labios eran carnosos y el brillo que les había echado me atrapaban en su sed, su pelo con el paso de los años había tomado vuelo, tenía vida, me enloqueció, sentí que esa mujer madura que tenía en frente mío había florecido y me atravesaba con su calor por toda mi espalda.
La saludé, me brillaron los ojos y mientras ella me decía que se había casado y tenía hijos yo había saltado esos mensajes y le susurre que evitaramos la molestia de ser decentes. Que ella me asfixiaba en ese salón comunal, que camine para Fontibón que mi falo estalla en mis pantalones.
Creo que ella también estaba sumida en una ansiedad inmunda porque ni se sonrojó cuando aceptó y tomó su humilde abrigo.
Llegamos a un motel modesto, no soy muy bueno cn los nombres, tenía camas limpias y el olor no estaba contaminado de amoniaco o alcohol. Era simplemente modesto. Me pidió apagar las luces y maldije la penumbra de las 6:30PM. Acepté su requerimiento y el frío de la penumbra emparoló más rápido mi compañero. Sentía que ella me daba la espalda porque su respiración aumentaba pero quedaba sorda frente a una pared, como si estuviera completamente enfrentada a alguna. Además su silueta doblaba su ropa y diligentemente empecé a hacer lo mismo. Finalmente, en bola, emparolado y ya con la trola congelada de la jabonosa excitación que tenía en la intemperie. Sobe mis manos porque me disponía a acariciarla y no quería asustarla, era mi niña chiquita de dieciséis años que iba a desflorar por primera vez.
El cuarto hedió en segundos a almizcle y sudor, cuando nuestras bocas se encontraron. Ella tomo mi falo y sus manos estaban frías, me hicieron suspirar, fue como un chorro de agua fría en una ducha bogotana a las 5AM que robó mi exhalación en un segundo. Mi mente relampagueaba y recorría ese cuerpo arequiposo tan suculento, tan delicioso. Mis manos tocaron sus tetas y no eran las tenaces astas de otrora pero me encantaban, me encantó darme cuenta que mi niña de dieciséis años era ya una mujer adulta, experimentaba. El jadeo nos llevó a una exutación absurda, yo estaba muy arrecho y controlaba el chorro de mis leches para que la faena no acabase pronto, sus graznidos me enloquecían y entonces le apretaba durísimo las nalgas, tan duro que relinchaba en dolor y pasión. Jadeábamos y sudábamos, jadeábamos y sudábamos, jadeamos y sudamos. En algún momento me ví completamente encharcado en un lago de sudor y me pareció súper extraño, el frío bogotano me erizó pero fue mi curiosidad la que no aguantó. Estiré violentamente mi brazo hacia una lámpara y la encendí. Su cara sonrojada de excitación se tornó apenada y se cubrió el pecho, hizo un rollo y se voltió. Yo entendí que todo ese sudor era una exaltación exagerada de una madre lactante, no pude detener mi mueca de asco y sentirme como Juno bañada en esa leche de infante. Sentí el sollozo y el sentimiento de mi amante, y mi pene palpitaba pero el asco de mi mente lo estaba matando. Tomé velozmente mi almohada y en dos movimientos me sequé el exceso de líquidos en mi pecho, apagué la luz y aprovechando que estaba de espaldas analmente la penetré.
Un grito de dolor al sentir mi lanza morcilluda la hicieron salir de su acongoje.
Generalmente, el ano se demora un tiempo en humectarse pero el de ella se conjugó con su vagina que al parecer estaba completamente sorprendida por lo que sucedía allá atrás por primera vez. Acaricié de nuevo sus tetas en una clara estrategia por hacerla sentir querida. Parecía un juego de Twister donde mi mano derecha cogía su teta izquierda, mi mano izquierda no sólo levantaba su pierna izquierda sino que introducía, masajeaba y fornicaba su vagina, mi verga dilataba su ano y mis caderas con un violento ritmo empujaban toda la maquinaria. Para ese entonces yo ya no estaba excitado. Mi deber era salvar la honra de esa mujer. Quería hacerla venir como nunca y que pagara todas sus penas con un excelente orgasmo. Al fin, gritó y yo liberé mi leche en su ano. Hubiera podido decir que fue normal por el hecho que no estaba ya arrecho sin embargo sentía que me salían y me salían litros de alcalinas sustancias. El heroísmo de mi verga fue más que el triunfo de una gran batalla, fue la exaltación del deber cumplido, del final de la guerra.
Ninguno de los dos prendió la luz. Mientras ella se vestía y yo limpiaba mi falo, mis manos, mis piernas con la sábana. Los dos auscultábamos la incertidumbre de decirnos algo. Ella salió y trás ella salí yo. No voltió a mirar nunca mientras desaparecía en un taxi que coincidencialmente esperaba al frente. Yo caminé un rato y después me monté en un colectivo hacia Chapinero. No volví a saber de ella pero sobre todo no volví a tener un recuerdo bonito de mi niña de dieciséis años.
Fuimos novios de chiquitos y de grandes el destino nos fue alejando. Pero el destino es un maldito canalla y nos volvió a juntar. Creo que fue en una reunión de mis amigos del colegio, creo que fue de mis amigos de barriada, creo que fue un círculo perdido en el tiempo donde ella y yo eramos noviecitos.
Su mirada no había cambiado, su piel seguía siendo morena y erizaba mi piel de sólo recorrerla con mi mente, sus labios eran carnosos y el brillo que les había echado me atrapaban en su sed, su pelo con el paso de los años había tomado vuelo, tenía vida, me enloqueció, sentí que esa mujer madura que tenía en frente mío había florecido y me atravesaba con su calor por toda mi espalda.
La saludé, me brillaron los ojos y mientras ella me decía que se había casado y tenía hijos yo había saltado esos mensajes y le susurre que evitaramos la molestia de ser decentes. Que ella me asfixiaba en ese salón comunal, que camine para Fontibón que mi falo estalla en mis pantalones.
Creo que ella también estaba sumida en una ansiedad inmunda porque ni se sonrojó cuando aceptó y tomó su humilde abrigo.
Llegamos a un motel modesto, no soy muy bueno cn los nombres, tenía camas limpias y el olor no estaba contaminado de amoniaco o alcohol. Era simplemente modesto. Me pidió apagar las luces y maldije la penumbra de las 6:30PM. Acepté su requerimiento y el frío de la penumbra emparoló más rápido mi compañero. Sentía que ella me daba la espalda porque su respiración aumentaba pero quedaba sorda frente a una pared, como si estuviera completamente enfrentada a alguna. Además su silueta doblaba su ropa y diligentemente empecé a hacer lo mismo. Finalmente, en bola, emparolado y ya con la trola congelada de la jabonosa excitación que tenía en la intemperie. Sobe mis manos porque me disponía a acariciarla y no quería asustarla, era mi niña chiquita de dieciséis años que iba a desflorar por primera vez.
El cuarto hedió en segundos a almizcle y sudor, cuando nuestras bocas se encontraron. Ella tomo mi falo y sus manos estaban frías, me hicieron suspirar, fue como un chorro de agua fría en una ducha bogotana a las 5AM que robó mi exhalación en un segundo. Mi mente relampagueaba y recorría ese cuerpo arequiposo tan suculento, tan delicioso. Mis manos tocaron sus tetas y no eran las tenaces astas de otrora pero me encantaban, me encantó darme cuenta que mi niña de dieciséis años era ya una mujer adulta, experimentaba. El jadeo nos llevó a una exutación absurda, yo estaba muy arrecho y controlaba el chorro de mis leches para que la faena no acabase pronto, sus graznidos me enloquecían y entonces le apretaba durísimo las nalgas, tan duro que relinchaba en dolor y pasión. Jadeábamos y sudábamos, jadeábamos y sudábamos, jadeamos y sudamos. En algún momento me ví completamente encharcado en un lago de sudor y me pareció súper extraño, el frío bogotano me erizó pero fue mi curiosidad la que no aguantó. Estiré violentamente mi brazo hacia una lámpara y la encendí. Su cara sonrojada de excitación se tornó apenada y se cubrió el pecho, hizo un rollo y se voltió. Yo entendí que todo ese sudor era una exaltación exagerada de una madre lactante, no pude detener mi mueca de asco y sentirme como Juno bañada en esa leche de infante. Sentí el sollozo y el sentimiento de mi amante, y mi pene palpitaba pero el asco de mi mente lo estaba matando. Tomé velozmente mi almohada y en dos movimientos me sequé el exceso de líquidos en mi pecho, apagué la luz y aprovechando que estaba de espaldas analmente la penetré.
Un grito de dolor al sentir mi lanza morcilluda la hicieron salir de su acongoje.
Generalmente, el ano se demora un tiempo en humectarse pero el de ella se conjugó con su vagina que al parecer estaba completamente sorprendida por lo que sucedía allá atrás por primera vez. Acaricié de nuevo sus tetas en una clara estrategia por hacerla sentir querida. Parecía un juego de Twister donde mi mano derecha cogía su teta izquierda, mi mano izquierda no sólo levantaba su pierna izquierda sino que introducía, masajeaba y fornicaba su vagina, mi verga dilataba su ano y mis caderas con un violento ritmo empujaban toda la maquinaria. Para ese entonces yo ya no estaba excitado. Mi deber era salvar la honra de esa mujer. Quería hacerla venir como nunca y que pagara todas sus penas con un excelente orgasmo. Al fin, gritó y yo liberé mi leche en su ano. Hubiera podido decir que fue normal por el hecho que no estaba ya arrecho sin embargo sentía que me salían y me salían litros de alcalinas sustancias. El heroísmo de mi verga fue más que el triunfo de una gran batalla, fue la exaltación del deber cumplido, del final de la guerra.
Ninguno de los dos prendió la luz. Mientras ella se vestía y yo limpiaba mi falo, mis manos, mis piernas con la sábana. Los dos auscultábamos la incertidumbre de decirnos algo. Ella salió y trás ella salí yo. No voltió a mirar nunca mientras desaparecía en un taxi que coincidencialmente esperaba al frente. Yo caminé un rato y después me monté en un colectivo hacia Chapinero. No volví a saber de ella pero sobre todo no volví a tener un recuerdo bonito de mi niña de dieciséis años.
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Saturday, August 29, 2009
Remembranza de una mañana en un fin de semana lejano
Hacía rato no escribía de sexo, imagino que la falta del oficio de alguna forma lo ponía en un rinconcito alejado en mi mente.
Recuerdo entonces la última vez que tiramos y fue realmente divertido. Añoro el almizcle de nuestros sexos exitados y como yo le manosiaba el ano mientras sumercé se clavaba en mi falo.
Recuerdo entonces la última vez que tiramos y fue realmente divertido. Añoro el almizcle de nuestros sexos exitados y como yo le manosiaba el ano mientras sumercé se clavaba en mi falo.
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Wednesday, August 12, 2009
Nueve Años
Sres.
ZEROFRACTAL LTDA.
Bogotá, Colombia
Att.
Johanna Casallas
Directora Administrativa. E.S.M.
Apreciada Johanna:
Por medio de la presente, manifiesto expresamente mi renuncia al cargo de Productor Ejecutivo del área Interactive.
Son casi nueve felices años desde que el 15 de abril de 2001 ingresé como empleado de ZeroFractal con el cargo de ilustrador y en los cuales crecí personal y profesionalmente. Hoy, por razones inconciliables debo tomar esta decisión que por lo mismo no la hacen para nada fácil.
Agradezco todo el apoyo, todo el cariño y todo el conocimiento que durante este gran periodo de mi vida pasé al lado de ustedes.
Atentamente,
Miguel Vaca
Productor Ejecutivo
.TIVE Interactive
Zerofractal Studio
www.zerofractal.com
ZEROFRACTAL LTDA.
Bogotá, Colombia
Att.
Johanna Casallas
Directora Administrativa. E.S.M.
Apreciada Johanna:
Por medio de la presente, manifiesto expresamente mi renuncia al cargo de Productor Ejecutivo del área Interactive.
Son casi nueve felices años desde que el 15 de abril de 2001 ingresé como empleado de ZeroFractal con el cargo de ilustrador y en los cuales crecí personal y profesionalmente. Hoy, por razones inconciliables debo tomar esta decisión que por lo mismo no la hacen para nada fácil.
Agradezco todo el apoyo, todo el cariño y todo el conocimiento que durante este gran periodo de mi vida pasé al lado de ustedes.
Atentamente,
Miguel Vaca
Productor Ejecutivo
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Wednesday, July 29, 2009
Una manchita
He notado la aparición de una manchita sobre el edredón oscuro que cubre mi cama. Es una manchita de mediano tamaño que tiende a ser blancuzca e impersonal. He sacudido el polvo y ella persiste en su existencia, he notado que no es una mancha cómun y cualquiera, tiene los bordes más fuertes y el cuerpo más claro y transparente.
He notado que la manchita ha sobrevivido varias lavadas del edredón, al acercarme mucho encuentro un perfume alcalino y no tiene nada que ver con jabón, no tiene nada que ver con leche o alguna marca de un recipiente puesto indelicadamente sobre el edredón. Cuál podrá ser la razón de esta manchita blancuzca e impersonal la cual he notado ha aparecido últimamente sobre el edredón oscuro que cubre mi cama?
Blancuzca, transparente, alcalina y persistente. Qué manchita más curiosa la que ha aparecido sobre mi cama.
He notado que la manchita ha sobrevivido varias lavadas del edredón, al acercarme mucho encuentro un perfume alcalino y no tiene nada que ver con jabón, no tiene nada que ver con leche o alguna marca de un recipiente puesto indelicadamente sobre el edredón. Cuál podrá ser la razón de esta manchita blancuzca e impersonal la cual he notado ha aparecido últimamente sobre el edredón oscuro que cubre mi cama?
Blancuzca, transparente, alcalina y persistente. Qué manchita más curiosa la que ha aparecido sobre mi cama.
Tuesday, July 14, 2009
El Hombre Bala (I)
Me sumerjo en la ficción completamente, quisiera decir que a un noventa por ciento, pero seamos realistas, mi ficción casi no existe, en algunos casos se mezcla con mis fantasías pero así estas narraciones sean fantásticas no tienen relevancia sin su origen inicial, mi mente, mi vida. No es un acto de poca modestia, es por el contrario una vehemente resignación a un estado muy vulnerable de mi ser: No soy un creador, soy más un espectador que otra cosa.
Este, como recientemente muchos de los capítulos de este blog, se ha vuelto paradigma de un conjunto de interminados, de indefinidos, de impromptus, sin embargo esta serie de capítulos tiene como función recrear los orígenes de nuestro superhéroe, de cómo se conserva desde la década de los 20's del siglo pasado, de sus poderes, de sus enemigos, sus aliados, sus pesares, su escencia.
Espero entonces estar a la altura de sus acciones y llenar de satisfacción a sus seguidores... Pronto se sabrá más de él. Esa es mi única gran promesa.
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Saturday, July 11, 2009
Adivinanza (II)
Hay momentos que se evocan y se mantienen presentes en la memoria gracias a ese buqué maravilloso que tienen los recuerdos en la mente. Hay momentos que simplemente aparecen y sorpresivamente nos arrastran a un vértigo de emociones porque no los estabamos esperando en ese instante. Hay momentos que quisieramos recordar con seres queridos y amados que se fueron pero que por mucho que lo intentemos no logran salir de esa pésima definición y por lo mismo nos castigamos con falsas culpas. Hay momentos que quisiera vivir pero sencillamente me hace falta su disposición y la mía. Para todos esos momentos siempre está mi sofá, un trago exquisito de whiski y mi mano derecha, mi eterna compañía.
http://www.flickr.com/photos/louistib/3089320504/
Pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo.
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Tuesday, July 07, 2009
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Soledad...
... No puedes vivir con ella, no puedes vivir sin ella.
... No puedes vivir con ella, no puedes vivir sin ella.
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Saturday, July 04, 2009
Adivinanza (I)
Cuando la vulva se ha humectado hasta la saciedad y los gemidos empiezan a recordarse en una síncope sensual, los sudores se advierten y los olores se desbordan. Mi verga penetra su ser y su ser empieza a humectar mi verga. Se enciende el cabrestante, la recibo en mis brazos, apoyo mis codos en sus caderas que estan tiernamente acolchonados por ese gordito delicioso que tantas modelos aborrecen. Se sigue encerando la cubierta principal en un ritmo jadeante enloquecedor, se izan las banderas, se acaba el acto. Se limpian los sexos. Las escencias contaminan las manos. Los cuerpos se funden en una somnoliente pausa. El descanso del guerrero
http://www.flickr.com/photos/justynaneryng/3394919862/in/photostream/
Hombre, respecto de la mujer, o mujer, respecto del hombre, con quien tiene relaciones amorosas.
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Wednesday, June 17, 2009
De Cómo una carta vale más que mil palabras
Lo intento y cada vez que lo hago su escencia se pierde.
Cada vez que olfateo su carta, su aroma me embriaga.
Siento que se me entumecen las piernas y los ojos se me desorbitan.
Lo intento y cada vez que lo hago siento que una parte de su olor desaparece.
Cada vez que siento sus letras, una herida se cruza por mi corazón.
Siento que las cicatrices cada vez son más profundas.
Lo intento y cada vez que lo hago su escencia se pierde.
Las fotografías son mi refugio.
Mi mente me traiciona.
Siento mi corazón cruzado de heridas y,
cada vez su aroma se pierde entre mis manos.
No hay excitación, simplemente un sentimiento de liviandad.
Usted desaparece, y yo, yo simplemente muero.
Cada vez que olfateo su carta, su aroma me embriaga.
Siento que se me entumecen las piernas y los ojos se me desorbitan.
Lo intento y cada vez que lo hago siento que una parte de su olor desaparece.
Cada vez que siento sus letras, una herida se cruza por mi corazón.
Siento que las cicatrices cada vez son más profundas.
Lo intento y cada vez que lo hago su escencia se pierde.
Las fotografías son mi refugio.
Mi mente me traiciona.
Siento mi corazón cruzado de heridas y,
cada vez su aroma se pierde entre mis manos.
No hay excitación, simplemente un sentimiento de liviandad.
Usted desaparece, y yo, yo simplemente muero.
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De las Malditas Calientahuevas
He aprendido a sobrevivir de una manera extraña, no digamos que errada.
He aprendido a seguir las huellas de la bestia y encañonarla en el momento indicado.
He aprendido que cazan en manada pero no necesariamente al mismo tiempo.
He aprendido de mis colegas que así como ellas despiezan, desgarran, descuajan, así mismo se come su carne.
He aprendido que si su carne es podrida, se debe quemar, para que ni el buitre se pueda intoxicar con ella.
Lo único que no he aprendido es a dispararles en el centro de los ojos cuando están indefensas, moribundas. Me ha pasado varias veces, que expiando su vulnerabilidad termino una vez mordido o despiadadamente desmembrado. Unos más ingenuos dicen que esto es un juego o un cuento de hadas y se la pasan su vida entera dejando miguitas de pan para devolverse a casa y cuando se dan cuenta no llegan a su destino y el camino no tiene retorno: Hay un par de ellas esperándolo con ansiedad, cebando sus fauces con su carne.
Unas veces me colmo de toda la paciencia del mundo para esperarlas y aniquilarlas, hoy hambriento, su caucha carne anhelo pero no me aseguro que en cuanto la vea y me resienta de mi huevo izquierdo, empuñe mi escopeta y la mande a comer mierda.
He aprendido a seguir las huellas de la bestia y encañonarla en el momento indicado.
He aprendido que cazan en manada pero no necesariamente al mismo tiempo.
He aprendido de mis colegas que así como ellas despiezan, desgarran, descuajan, así mismo se come su carne.
He aprendido que si su carne es podrida, se debe quemar, para que ni el buitre se pueda intoxicar con ella.
Lo único que no he aprendido es a dispararles en el centro de los ojos cuando están indefensas, moribundas. Me ha pasado varias veces, que expiando su vulnerabilidad termino una vez mordido o despiadadamente desmembrado. Unos más ingenuos dicen que esto es un juego o un cuento de hadas y se la pasan su vida entera dejando miguitas de pan para devolverse a casa y cuando se dan cuenta no llegan a su destino y el camino no tiene retorno: Hay un par de ellas esperándolo con ansiedad, cebando sus fauces con su carne.
Unas veces me colmo de toda la paciencia del mundo para esperarlas y aniquilarlas, hoy hambriento, su caucha carne anhelo pero no me aseguro que en cuanto la vea y me resienta de mi huevo izquierdo, empuñe mi escopeta y la mande a comer mierda.
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Tuesday, June 16, 2009
Siempre tuve miedo de contarte mi primera vez
No se ni si quiera porqué te estoy tuteando.
Debe ser para sentir que no te estoy hablando.
Debe ser que me siento apenado por decirte que la primera vez, surgió como la primera vez de muchos pero particularmente evidencia mi vulnerabilidad al género de las mujeres.
Debe ser para sentir que no te estoy hablando.
Debe ser que me siento apenado por decirte que la primera vez, surgió como la primera vez de muchos pero particularmente evidencia mi vulnerabilidad al género de las mujeres.
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Wednesday, June 03, 2009
Súper Borrachera
Cuando descubro que un amigo tiene algo de interés en mi, hgao una pausa, no descanso, por e; contrario siento que yo soy el impertinente y doy mi consejo como si fuera yo.
Ahora que conozcoo bien el te,a puedo AFirmar que no soy tal. Que ese súper ingenuo no es más que ujna persona sensible.
0aldita sea, la sen sibilidad, notinen nada que ver con lo que estoy sinteindo, se me abre de patas, me muestra su coño peluda, con falta de interés y puedo decir no es mi chocho.
si alguien llega a descubrir mi dessinteres, mi despiedad, mi indiferencia, encuentro en esa persona algo singular mente
magnífico
magnífico porque
magnífico porqué
magnífico porqué
magnífico porqué
magnífico porqué
magnífico porqué
magnífico porqué
vmagnífico porqué
magnífico porquév
v
Chjau
Ahora que conozcoo bien el te,a puedo AFirmar que no soy tal. Que ese súper ingenuo no es más que ujna persona sensible.
0aldita sea, la sen sibilidad, notinen nada que ver con lo que estoy sinteindo, se me abre de patas, me muestra su coño peluda, con falta de interés y puedo decir no es mi chocho.
si alguien llega a descubrir mi dessinteres, mi despiedad, mi indiferencia, encuentro en esa persona algo singular mente
magnífico
magnífico porque
magnífico porqué
magnífico porqué
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Tuesday, June 02, 2009
De cómo me desesperan los elefantes, sus rondas y que también se escribir groserías
Un elefante se balanceaba, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fue a llamar un camarada.
Dos elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Tres elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Cuatro elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Cinco elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Seis elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Siete elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Ocho elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Nueve elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Diez elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Once elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Doce elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Trece elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Catorce elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Quince elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Dieciséis elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Diez y siete elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Diez y ocho elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Diez y nueve elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veinte elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veintiún elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veintidós elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veintitrés elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veinticuatro elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veinticinco elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veintiséis elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veinte y siete elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veinte y ocho elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veinte y nueve elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y un elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y dos elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y tres elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y cuatro elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y cinco elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y seis elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y siete elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y ocho elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y nueve elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Cuarenta hijos de puta elefantes se balanceaban en la treinta hija de su puta madre y como se resistía fui a matarlos a todos, como los gran malparidos no se morirían en estampida a mi me aplastaban.
Y me volvieron mierda.
como la tela se resistía fue a llamar un camarada.
Dos elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Tres elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Cuatro elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Cinco elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Seis elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Siete elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Ocho elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Nueve elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Diez elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Once elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Doce elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Trece elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Catorce elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Quince elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Dieciséis elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Diez y siete elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Diez y ocho elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Diez y nueve elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veinte elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veintiún elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veintidós elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veintitrés elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veinticuatro elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veinticinco elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veintiséis elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veinte y siete elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veinte y ocho elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Veinte y nueve elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y un elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y dos elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y tres elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y cuatro elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y cinco elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y seis elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y siete elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y ocho elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Treinta y nueve elefantes se balanceaban, sobre la tela de una araña,
como la tela se resistía fueron a llamar un camarada.
Cuarenta hijos de puta elefantes se balanceaban en la treinta hija de su puta madre y como se resistía fui a matarlos a todos, como los gran malparidos no se morirían en estampida a mi me aplastaban.
Y me volvieron mierda.
Mañana a las 8PM
Mañana a las 8PM se le puede dar muerte a una relación que tiene su origen escrito más alla del lustro que hoy nos cobija.
Mucho más allá de los temores del fin del mundo en la entrada del nuevo milenio.
Lejos en la inmensidad más lejana que la estrella de Django.
Profundamente lejos.
Cercano a cuarto de primaria cuando lo conocí.
Amigo, ya lo extraño.
Mucho más allá de los temores del fin del mundo en la entrada del nuevo milenio.
Lejos en la inmensidad más lejana que la estrella de Django.
Profundamente lejos.
Cercano a cuarto de primaria cuando lo conocí.
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Monday, June 01, 2009
Fé No Más
1. Reunited
2. The Real Thing
3. From Out of Nowhere
4. Land of Sunshine
t>
5. Caffeine
6. Evidence
7. Poker Face / Chinese Arithmetic
8. Surprise You're Dead
9. Easy
10. Last Cup of Sorrow
11. Midlife Crisis
12. Introduce Yourself
13. Gentle Art of Make Enemies
14. Take this Bottle
15. Ashes to Ashes
16. Malpractice
17. Cucko for Caca
18. Be Agressive
19. Epic
20. Mark Bohen
21. Charriots of Fire / Stripsearch
22. We Care a Lot
Fé no más.
Curiosamente es lo único que le tengo a este grupo.
Desde mucho antes que se reunieran, tenía la convicción que se iban sintonizar de nuevo. No lo tenía claro si al proyecto se iba a unir Jim "La Pelusa" Martin pero sabía que el grupo no podría haberse acabado tan joven.
Doce años después, con el 30 de octubre muy cerca en Chile, lo único que puedo afirmar es que no me puedo despedir tranquilo de este mundo sin antes haber presenciado La Banda.
2. The Real Thing
3. From Out of Nowhere
4. Land of Sunshine
t>
5. Caffeine
6. Evidence
7. Poker Face / Chinese Arithmetic
8. Surprise You're Dead
9. Easy
10. Last Cup of Sorrow
11. Midlife Crisis
12. Introduce Yourself
13. Gentle Art of Make Enemies
14. Take this Bottle
15. Ashes to Ashes
16. Malpractice
17. Cucko for Caca
18. Be Agressive
19. Epic
20. Mark Bohen
21. Charriots of Fire / Stripsearch
22. We Care a Lot
Fé no más.
Curiosamente es lo único que le tengo a este grupo.
Desde mucho antes que se reunieran, tenía la convicción que se iban sintonizar de nuevo. No lo tenía claro si al proyecto se iba a unir Jim "La Pelusa" Martin pero sabía que el grupo no podría haberse acabado tan joven.
Doce años después, con el 30 de octubre muy cerca en Chile, lo único que puedo afirmar es que no me puedo despedir tranquilo de este mundo sin antes haber presenciado La Banda.
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Saturday, May 23, 2009
Queso con Bocadillo
Ingredientes:
- Una botella de ron oscuro
- Dos botellas de cerveza
Igual que el queso con bocadillo donde el gusto del excesivo dulce de guayaba es calmado con un sabor seco, graso y cortante de un queso crema, igual sucede con este coctel. No hay vasos lujosos, no hay límites, ni cordura. Por cada trago de ron, uno consecuente de cerveza.
La última vez que lo consumí, la selección Colombia había ganado su primera Copa América. Estuve a punto de visitar los antros lujuriosos de la veintiuna con octava pero una grandiosa mujer esperaba mi semén en su cama.
- Una botella de ron oscuro
- Dos botellas de cerveza
Igual que el queso con bocadillo donde el gusto del excesivo dulce de guayaba es calmado con un sabor seco, graso y cortante de un queso crema, igual sucede con este coctel. No hay vasos lujosos, no hay límites, ni cordura. Por cada trago de ron, uno consecuente de cerveza.
La última vez que lo consumí, la selección Colombia había ganado su primera Copa América. Estuve a punto de visitar los antros lujuriosos de la veintiuna con octava pero una grandiosa mujer esperaba mi semén en su cama.
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Coctel Maravilla
Ingredientes:
- Un vaso cervecero previamente congelado.
- Ron Bacardi Limón niquelado (*)
- Una lata de cerveza Holsten Rubia
* Niquelar un trago es poner una botella de alcohol en el refrigerador. Generalmente, los tragos se vuelven jarabes espesos a diferencia del aguardiente que se pone plateado, de allí el verdadero nombre.
Se llena hasta la mitad del vaso con el Ron Bacardi, se completa el resto del vaso con la cerveza.
A pesar de su excelente sabor, se recomienda no tomarse más de tres tragos.
Efectos secundarios:
Si se toma más de tres porciones, el día siguiente puede ser una combinación de sed, un pequeño dolor de cabeza y un guayabo moral inmarcesible por ese lapso enlagunado a la mitad del cuarto vaso y un abrazo a la hermana menor de su mejor amigo.
- Un vaso cervecero previamente congelado.
- Ron Bacardi Limón niquelado (*)
- Una lata de cerveza Holsten Rubia
* Niquelar un trago es poner una botella de alcohol en el refrigerador. Generalmente, los tragos se vuelven jarabes espesos a diferencia del aguardiente que se pone plateado, de allí el verdadero nombre.
Se llena hasta la mitad del vaso con el Ron Bacardi, se completa el resto del vaso con la cerveza.
A pesar de su excelente sabor, se recomienda no tomarse más de tres tragos.
Efectos secundarios:
Si se toma más de tres porciones, el día siguiente puede ser una combinación de sed, un pequeño dolor de cabeza y un guayabo moral inmarcesible por ese lapso enlagunado a la mitad del cuarto vaso y un abrazo a la hermana menor de su mejor amigo.
Bienaventuranzas (I)
En la universidad, hace casi más de doce años, vivía en un apartamento gigantezco al norte de la ciudad. Consumía alcohol, domicilios y mucha televisión. No tenía afán de graduarme y eso me permitía estacionarme en ese gran espacio a fornicar con mis pensamientos.
En aquella época, ya me había separado de mi tercera y pronto llegaría mi cuarta, pero lo verdaderamente importante de ese entonces fue que vivía ansioso por una mujer que me terminó enloqueciendo. Se llamaba Marcela y cómo ven hasta el día de hoy la recuerdo. No tuvimos absolutamente ningún contacto, un beso, una caricia, una cogida de manos. Simplemente, le declaré mi amor y ella se atrevió a malgastarlo.
Dediqué muchos fondos de latas Holsten negra en torno a ella y aunque nunca pude conciliar una explicación de lo que me sucedía, un día un amigo encontró garabateado lo siguiente: "Benditos aquellos que poseen un amor platónico, porque de ellos será el reino del amor verdadero".
Al final, justo cuando estaba quebrando su defensa, ella con tres juanas en la cabeza y yo profundamente embriagado me acosté al lado de ella, temblaba de felicidad porque en cucharitas ibamos a consumar nuestra primera noche juntos, relajé todo incluso mis esfínteres y la oriné con litros y litros de cerveza diluída...
No volví a saber de ella.
En aquella época, ya me había separado de mi tercera y pronto llegaría mi cuarta, pero lo verdaderamente importante de ese entonces fue que vivía ansioso por una mujer que me terminó enloqueciendo. Se llamaba Marcela y cómo ven hasta el día de hoy la recuerdo. No tuvimos absolutamente ningún contacto, un beso, una caricia, una cogida de manos. Simplemente, le declaré mi amor y ella se atrevió a malgastarlo.
Dediqué muchos fondos de latas Holsten negra en torno a ella y aunque nunca pude conciliar una explicación de lo que me sucedía, un día un amigo encontró garabateado lo siguiente: "Benditos aquellos que poseen un amor platónico, porque de ellos será el reino del amor verdadero".
Al final, justo cuando estaba quebrando su defensa, ella con tres juanas en la cabeza y yo profundamente embriagado me acosté al lado de ella, temblaba de felicidad porque en cucharitas ibamos a consumar nuestra primera noche juntos, relajé todo incluso mis esfínteres y la oriné con litros y litros de cerveza diluída...
No volví a saber de ella.
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Thursday, May 14, 2009
Terror en la nevera
Terror en la nevera from Miguel Vaca on Vimeo.
Sunday, May 10, 2009
Historia de la Sexualidad (I)
El individuo del siglo XIX recibe un regalo preciado de parte de sus teóricos contemporáneos que reúne sus placeres, sentimientos, sensaciones y sueños tangenciales a ese proceso, antes reproductivo y ahora reconocido como la experiencia de tirar.
De acuerdo con ellos, esa experiencia no está relacionada con mi proactividad de multiplicarme y dejar descendencia. Ansío el día en que uno de mis culicagados llegue al mundo y altere mis calmadas noches de ensoñación para cambiarlas por el dulce placer de verlo crecer como esa tripa fetida y enternecedora que es. Pero eso no tiene nada que ver con cada vez que penetro mi ser en una mujer, sea su vulva, su boca o su ano. Mi búsqueda es más hedonista, más simple, más sencilla: Quiero venirme y que ella se venga conmigo, sentirnos sudorosos, jadeantes, exhaustos y eufóricos, con nuestros genitales humedecidos, nuestras mentes en blanco y nuestras pupilas dilatadas, tratando de encontrar figuras en el techo, intentando borrar esa estúpida mueca, esa sonrisa que parece más una sobredosis de botox que una señal de placer consumado.
Quiero reflexionar sobre mi sexualidad, no para concluir algo específico. No. Sencillamente, me parece importante hacer un alto en el camino, dilucidar el panorama y entender de donde vengo, para donde voy.
La lista comienza con la primera, quien podría resultar ser una verdadera perra, pero no, ella es la segunda. Mi primera experiencia sexual fue con una niña de quince años llamada como una flor, de origen humilde y que estaba encargada de mi cuidado como niñera. Yo tendría entre cinco y seis años y por lo mismo no sería capaz de entender como afectaría ese hecho el resto de mis días.
Obviamente, mi incipiente morcilla no pudo tensarse en ese momento y ella muy bien lo sabía. Me llamó justo una tarde en que se molestaba el chocho y ya perfumado por sus jugos vaginales, apretó mi cabeza contra su estepa. No estaba oscuro pero la luz no entraba en esa intoxicante penumbra. Un olor alcalino y un sabor nunca antes experimentado me llevaron a devorar esa cuca colmada de orin, minúsculos vellitos y el recuerdo de mis faucecitas haciendo gritar esa flor. Alcanzo a recordar unas convulsiones peristálticas en su vientre, un olor aún más poderoso y un sentimiento de vergüenza que la hizo saltar sonrojada como una rosa y la puso a correr alejándose de allí para nunca más saber de ella. Yo, pasmado con mis manos y mi boca untada como si me hubiera acabado de comer un zapote o un dulce, maduro y aromático mango, me quedé esperando una explicación que nunca llegó.
Mi jugo favorito: Mango en leche.
De acuerdo con ellos, esa experiencia no está relacionada con mi proactividad de multiplicarme y dejar descendencia. Ansío el día en que uno de mis culicagados llegue al mundo y altere mis calmadas noches de ensoñación para cambiarlas por el dulce placer de verlo crecer como esa tripa fetida y enternecedora que es. Pero eso no tiene nada que ver con cada vez que penetro mi ser en una mujer, sea su vulva, su boca o su ano. Mi búsqueda es más hedonista, más simple, más sencilla: Quiero venirme y que ella se venga conmigo, sentirnos sudorosos, jadeantes, exhaustos y eufóricos, con nuestros genitales humedecidos, nuestras mentes en blanco y nuestras pupilas dilatadas, tratando de encontrar figuras en el techo, intentando borrar esa estúpida mueca, esa sonrisa que parece más una sobredosis de botox que una señal de placer consumado.
Quiero reflexionar sobre mi sexualidad, no para concluir algo específico. No. Sencillamente, me parece importante hacer un alto en el camino, dilucidar el panorama y entender de donde vengo, para donde voy.
La lista comienza con la primera, quien podría resultar ser una verdadera perra, pero no, ella es la segunda. Mi primera experiencia sexual fue con una niña de quince años llamada como una flor, de origen humilde y que estaba encargada de mi cuidado como niñera. Yo tendría entre cinco y seis años y por lo mismo no sería capaz de entender como afectaría ese hecho el resto de mis días.
Obviamente, mi incipiente morcilla no pudo tensarse en ese momento y ella muy bien lo sabía. Me llamó justo una tarde en que se molestaba el chocho y ya perfumado por sus jugos vaginales, apretó mi cabeza contra su estepa. No estaba oscuro pero la luz no entraba en esa intoxicante penumbra. Un olor alcalino y un sabor nunca antes experimentado me llevaron a devorar esa cuca colmada de orin, minúsculos vellitos y el recuerdo de mis faucecitas haciendo gritar esa flor. Alcanzo a recordar unas convulsiones peristálticas en su vientre, un olor aún más poderoso y un sentimiento de vergüenza que la hizo saltar sonrojada como una rosa y la puso a correr alejándose de allí para nunca más saber de ella. Yo, pasmado con mis manos y mi boca untada como si me hubiera acabado de comer un zapote o un dulce, maduro y aromático mango, me quedé esperando una explicación que nunca llegó.
Mi jugo favorito: Mango en leche.
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Tuesday, May 05, 2009
Almizcle
Quisiera describir el almizcle.
El almizcle absoluto que interroga mi pensamiento. El almizcle cremoso de mi leche tibia. El almizcle tartamudeante de mi discurso. El almizcle intolerable de mi ira. El almizcle de mis recuerdos en la silla de atrás. El almizcle de mis besos que están cansados de irse en el aire. El almizcle de mis gafas rotas. El almizcle de mis gafas nuevas. El almizcle de mis libros enpolvados por la televisión. El almizcle de mis pensamientos desordenados. El almizcle de una rutina dispendiosa. El almizcle de una galleta recien salida del horno servida por una pastelera que no ofrece leche. El almizcle de mis absurdos. El almizcle de mi cuello cansado de sostener mi cabeza mirando al cielo. El almizcle de tener la razón y usar la razón como única salida al almizcle de mi locura.
El almizcle absoluto que interroga mi pensamiento. El almizcle cremoso de mi leche tibia. El almizcle tartamudeante de mi discurso. El almizcle intolerable de mi ira. El almizcle de mis recuerdos en la silla de atrás. El almizcle de mis besos que están cansados de irse en el aire. El almizcle de mis gafas rotas. El almizcle de mis gafas nuevas. El almizcle de mis libros enpolvados por la televisión. El almizcle de mis pensamientos desordenados. El almizcle de una rutina dispendiosa. El almizcle de una galleta recien salida del horno servida por una pastelera que no ofrece leche. El almizcle de mis absurdos. El almizcle de mi cuello cansado de sostener mi cabeza mirando al cielo. El almizcle de tener la razón y usar la razón como única salida al almizcle de mi locura.
Persiste
Tengo una rara sensación en mi boca, es más profunda que mi aliento.
Tengo irritada la garganta y en las noches el frío destroza mi boca.
Un sabor alcalino domina mis comidas y persiste hasta mi descanso.
Carraspeo, toso, paso saliva,
persiste.
Me levanto tomo agua,
persiste.
Doy vueltas, me despierta, me domina,
persiste.
Tengo una rara sensación en mi boca, creo que extraño sus besos.
Tengo irritada la garganta y en las noches el frío destroza mi boca.
Un sabor alcalino domina mis comidas y persiste hasta mi descanso.
Carraspeo, toso, paso saliva,
persiste.
Me levanto tomo agua,
persiste.
Doy vueltas, me despierta, me domina,
persiste.
Tengo una rara sensación en mi boca, creo que extraño sus besos.
Sunday, May 03, 2009
Mathilda:
absorbió
hoy
no
todo
radiante
obstante
el
sobresale
daño
hoy
su
de
color
quisiera
ese
intenso
desamor
no
más
sin
sabor
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Sunday, April 26, 2009
Primer intento de una narración esquizofrénica
me
te
y
extraño
gusta
y
mis
te
cuando
pido
besos
olvida
callas
no
lo
malo
porque
que
te
estás
no
tocan
siempre
como
y
es
ausente
lo
bueno
mi
voz
más
ausente
te
y
extraño
gusta
y
mis
te
cuando
pido
besos
olvida
callas
no
lo
malo
porque
que
te
estás
no
tocan
siempre
como
y
es
ausente
lo
bueno
mi
voz
más
ausente
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Saturday, April 25, 2009
Un pensamiento subrayado
Al final sólo me queda su aroma marchito, la sensación tibia casi fría de su existencia, la imagen borrosa de sus curvas y el recuerdo de lo que no fue.
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Friday, April 24, 2009
¡Bah!
De qué me sirve
tenerla
morcilluda
si no puedo
tirármela...
Obvio.
Es muy obvio, tenerla morcilluda es un impedimento per sé para tirármela pero definitivamente es la antesala para tenerla tiesa y ahí sí poder hundírsela.
Pueda que no entienda el término, se lo explico: La verga es un órgano símpatico y particular, folclórico y sin igual. Muchas mujeres dicen que es un estorbo, que es una tripa sin uso y sin función. Es muy posible que sea cierto. Más aún cuando ahondamos en nuestras relaciones asexuadas y cuando más y más homosexuales están controlando la superpoblación humana y nos disponemos a una reproducción sintética en laboratorios y probetas.
La verga tiende a desaparecer, es un instrumento que está caducando y por lo mismo se hace sentir como un órgano melancólico, cursi, torpe y hasta ensoñador, como una de tantas películas que hicieron a Meg Ryan la reina de la comedia romántica en aquellos dulces 90's. La verga necesita recibir una alteración mental o táctil que aumente la respiración, el pulso cardiaco y la presión sanguínea. Que el cuerpo cavernoso empiece a irrigarse más que de costumbre, se elonguen tanto las pelotas como el miembro principal. Luego que la excitación contraiga las terminaciones vasculares y empiece a detener el flujo sanguíneo. Que las palpitaciones aumenten y se sienta una presión extraordinaria. Allí y justo allí, el dedo sin uña, el soldado de casco nazi, el horrendo monstruo de un sólo ojo, el agente Johnson, el tirano, el veintiuno, el tercer índice, el porrón, el pollo, el bombombún de fresa, el jairo, el kojak, el salchicho, el vergo, comience a izar bandera, y allí justo allí, en ese esfuerzo sobre humano, en ese enrojecimiento absurdo, en esa coagulación sexual, morcilla, color morcilla, blando, tonto, se logra ese frágil estado en que a posteriori culmina una erección y la subsiguiente eyaculación.
Mi punto es que tenerla predispuesta para penetrarla ya no es gratificante si al final sólo me queda su aroma marchito, la sensación tibia casi fría de su existencia, la imagen borrosa de sus curvas y el recuerdo de lo que no fue.
Es muy obvio, tenerla morcilluda es un impedimento per sé para tirármela pero definitivamente es la antesala para tenerla tiesa y ahí sí poder hundírsela.
Pueda que no entienda el término, se lo explico: La verga es un órgano símpatico y particular, folclórico y sin igual. Muchas mujeres dicen que es un estorbo, que es una tripa sin uso y sin función. Es muy posible que sea cierto. Más aún cuando ahondamos en nuestras relaciones asexuadas y cuando más y más homosexuales están controlando la superpoblación humana y nos disponemos a una reproducción sintética en laboratorios y probetas.
La verga tiende a desaparecer, es un instrumento que está caducando y por lo mismo se hace sentir como un órgano melancólico, cursi, torpe y hasta ensoñador, como una de tantas películas que hicieron a Meg Ryan la reina de la comedia romántica en aquellos dulces 90's. La verga necesita recibir una alteración mental o táctil que aumente la respiración, el pulso cardiaco y la presión sanguínea. Que el cuerpo cavernoso empiece a irrigarse más que de costumbre, se elonguen tanto las pelotas como el miembro principal. Luego que la excitación contraiga las terminaciones vasculares y empiece a detener el flujo sanguíneo. Que las palpitaciones aumenten y se sienta una presión extraordinaria. Allí y justo allí, el dedo sin uña, el soldado de casco nazi, el horrendo monstruo de un sólo ojo, el agente Johnson, el tirano, el veintiuno, el tercer índice, el porrón, el pollo, el bombombún de fresa, el jairo, el kojak, el salchicho, el vergo, comience a izar bandera, y allí justo allí, en ese esfuerzo sobre humano, en ese enrojecimiento absurdo, en esa coagulación sexual, morcilla, color morcilla, blando, tonto, se logra ese frágil estado en que a posteriori culmina una erección y la subsiguiente eyaculación.
Mi punto es que tenerla predispuesta para penetrarla ya no es gratificante si al final sólo me queda su aroma marchito, la sensación tibia casi fría de su existencia, la imagen borrosa de sus curvas y el recuerdo de lo que no fue.
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Friday, April 17, 2009
¡Bah!
De qué sirve
tirármela
si no puedo
venirme
en su cara...
Introduzco el pene en su vulva.
Usted no la lubricado bien y frunce el ceño.
Gruñe, gime y me clava sus uñas fuertemente en los brazos.
El dolor me hace sentir un escalofrío que recorre mi zona lumbar y me excito.
Mi pene, sin verlo, suelta una gota de su gel transparente.
Sigo la cadente penetración y usted grita:
- Malparido, me está rompiendo la cuca!!!
No me importa su queja y ahora cada vez más frecuente, mi pene se introduce en su vulva.
Por fin, un alivio para los dos.
Su vulva empieza a destilar un pestilente lubricante.
Usted sigue clavando sus uñas y yo sonrío de verla excitada.
No hay más reclamos, simplemente una mirada furibunda que me dice que usted está congraciada.
Mi pene sigue concentrado en su síncope.
Exhalo y suspiro fuertemente y casi me vengo por distraído.
Recupero mis fuerzas, mi ritmo y su vulva sigue mascullando mi pene.
- Malparido!!!
- Malparida...
- Malparido!!!
- Malparida...
- Malparidohhh!!!
Se viene y siento que una crema humedece todo el tallo de mi falo.
No espero más y me concentro en venirme.
Recapacito.
No juego más con su órgano.
Me levanto y me voy al baño.
Me estiro el prepucio y me halo esa tripa tensa que desbocada expulsa su semen.
El aire enrarecido por sus excreciones y las mías me permite soñar con su cara llena de manyus.
La miro desde el baño, le sonrío y usted solo murmura:
- Malparido.
Usted no la lubricado bien y frunce el ceño.
Gruñe, gime y me clava sus uñas fuertemente en los brazos.
El dolor me hace sentir un escalofrío que recorre mi zona lumbar y me excito.
Mi pene, sin verlo, suelta una gota de su gel transparente.
Sigo la cadente penetración y usted grita:
- Malparido, me está rompiendo la cuca!!!
No me importa su queja y ahora cada vez más frecuente, mi pene se introduce en su vulva.
Por fin, un alivio para los dos.
Su vulva empieza a destilar un pestilente lubricante.
Usted sigue clavando sus uñas y yo sonrío de verla excitada.
No hay más reclamos, simplemente una mirada furibunda que me dice que usted está congraciada.
Mi pene sigue concentrado en su síncope.
Exhalo y suspiro fuertemente y casi me vengo por distraído.
Recupero mis fuerzas, mi ritmo y su vulva sigue mascullando mi pene.
- Malparido!!!
- Malparida...
- Malparido!!!
- Malparida...
- Malparidohhh!!!
Se viene y siento que una crema humedece todo el tallo de mi falo.
No espero más y me concentro en venirme.
Recapacito.
No juego más con su órgano.
Me levanto y me voy al baño.
Me estiro el prepucio y me halo esa tripa tensa que desbocada expulsa su semen.
El aire enrarecido por sus excreciones y las mías me permite soñar con su cara llena de manyus.
La miro desde el baño, le sonrío y usted solo murmura:
- Malparido.
Monday, April 13, 2009
Chop Suey
La última vez que le dí un beso, sentí un profundo olor a vegetales salteados. Qué manera extraña de sentir su aliento en el mío.
No digo, ni por un instante, que la sensación haya sido repulsiva, ni tampoco que no me haya gustado, lo que digo es que fue muy divertido encontrar esa asociación de sus labios brindándome cariño de una manera tan elocuentemente sombría. Su lengua se estremecía, sus labios me dominaban y sus dientes me mordían mientras yo saboreaba el wok de soya, pimentón, tomate y cebolla.
Se me hacía agua la boca, se me indigestaba el pensamiento y yantaba su lengua con sabor a especial del día.
En otra ocación, rememoraba sus besos y su tenue sabor a almendras con raíces, quedé exaltado al reconocer que el sabor era mío. Mas sin embargo hoy comiendo, no dejo escapar suspiros al recordar sus aromáticos besos.
No digo, ni por un instante, que la sensación haya sido repulsiva, ni tampoco que no me haya gustado, lo que digo es que fue muy divertido encontrar esa asociación de sus labios brindándome cariño de una manera tan elocuentemente sombría. Su lengua se estremecía, sus labios me dominaban y sus dientes me mordían mientras yo saboreaba el wok de soya, pimentón, tomate y cebolla.
Se me hacía agua la boca, se me indigestaba el pensamiento y yantaba su lengua con sabor a especial del día.
En otra ocación, rememoraba sus besos y su tenue sabor a almendras con raíces, quedé exaltado al reconocer que el sabor era mío. Mas sin embargo hoy comiendo, no dejo escapar suspiros al recordar sus aromáticos besos.
Monday, March 30, 2009
¿Por qué escribir canciones o lírica prosaica?
La verdad, a veces me considero como Calamaro, y espero se me perdone que pueda estar haciendo creer que esté llegando a unos grados de soberbia inimaginables. No soy Calamaro, ni un en un céntimo de su escencia, tan sólo digo que podría llegar a considerarme como tal desde una perspectiva en particular. Al final, dependiendo de la perspectiva el mundo puede llegar a ser maravilloso, ¿no?
Esa perspectiva es que compongo canciones sin rima, frases apenas ligadas por contexto, con un ritmo cadencioso, con estados confusos de mi psique y, definitivamente, donde entrelíneas hay una persona pidiendo auxilio.
Esta entrada iba a dedicarse al por qué considero que es importante halarse la paja en un domingo lluvioso y futbolero pero en el mientras tanto, una canción de tragicomedia se pasó por mi mente y pude sentirla intensamente en mis piernas.
La gente, en general, debería escribir más canciones, más poesía, dejarse llevar por ese lado sensible que hace sentir rico las piernas. Debería no importarle quién lea sus canciones y ojalá nunca hacerse famoso por esta forma de actuar.
La fama es un estado paranoico, poco envidiable, donde todo el mundo, sin distinción alguna, lee nuestras canciones y se siente con el derecho de criticar, modificar y darle un ajuste especial al texto para que se lea mejor.
Ojalá mañana esté de ánimos para escribir esa idea del pajazo y en el mientras tanto sacarme uno de puro desparche.
Esa perspectiva es que compongo canciones sin rima, frases apenas ligadas por contexto, con un ritmo cadencioso, con estados confusos de mi psique y, definitivamente, donde entrelíneas hay una persona pidiendo auxilio.
Esta entrada iba a dedicarse al por qué considero que es importante halarse la paja en un domingo lluvioso y futbolero pero en el mientras tanto, una canción de tragicomedia se pasó por mi mente y pude sentirla intensamente en mis piernas.
La gente, en general, debería escribir más canciones, más poesía, dejarse llevar por ese lado sensible que hace sentir rico las piernas. Debería no importarle quién lea sus canciones y ojalá nunca hacerse famoso por esta forma de actuar.
La fama es un estado paranoico, poco envidiable, donde todo el mundo, sin distinción alguna, lee nuestras canciones y se siente con el derecho de criticar, modificar y darle un ajuste especial al texto para que se lea mejor.
Ojalá mañana esté de ánimos para escribir esa idea del pajazo y en el mientras tanto sacarme uno de puro desparche.
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Tuesday, January 13, 2009
En el mientras tanto
En el mientras tanto, me lleno de gozo mientras contemplo su ser.
Sus curvas de mujer que plenamente ha llegado a sus veintiséis años, su olor perfumado y constante que la hacen apetitosa y gloriosa, sus ojos brillantes y cautivantes y ese aliento que me hace sentir que ella existe, que ella es real.
No puedo nada más que regocijarme en la calidez de su seno, en el mientras tanto, consumo su sexo y su piel.
Sus curvas de mujer que plenamente ha llegado a sus veintiséis años, su olor perfumado y constante que la hacen apetitosa y gloriosa, sus ojos brillantes y cautivantes y ese aliento que me hace sentir que ella existe, que ella es real.
No puedo nada más que regocijarme en la calidez de su seno, en el mientras tanto, consumo su sexo y su piel.
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